Por Daniela Herrera, México
El regreso a clases es una de la mayores prioridades para el gobierno mexicano, continuarlas a distancia significa agrandar la brecha económica y la desigualdad social que existe en México, la cual se hizo aún más visible a partir de la crisis sanitaria generada por la Covid-19. Si antes era difícil el acceso a educación de calidad, ahora se ha vuelto más complicado, pues para seguir las clases es indispensable contar con una televisión, radio o acceso a internet.
El programa preparado por la Secretaría de Educación Pública (SEP), Aprende en Casa II, se transmitió a través de las grandes televisoras privadas del país: Televisa, TV Azteca, Grupo Multimedios y Grupo Imagen, al igual que cadenas públicas de radio. En este caso la SEP pidió a los docentes mantener una comunicación continua con los estudiantes vía telefónica para garantizar resultados eficientes. Se optó por el uso de televisión y radio debido a que en México, según informes del INEGI, 16 millones de hogares no cuentan con servicio a internet.
En el escenario educativo actual de la pandemia no todos cuentan con los mismos recursos para seguir las clases, mucho menos los alumnos que habitan en zonas rurales. “En la comunidad donde trabajo los niños no tienen computadora ni internet”, dice Gabriela Canedo, profesora de preescolar en la zona rural de Ixcanelco, Veracruz. “La única señal de internet es comunitaria, por $10 pesos tienen internet por dos horas. De 16 alumnos que tengo, solo 12 tienen WhatsApp, esto lo vuelve aún más irregular”, agrega preocupada.
Al contrario de Gabriela Canedo el profesor Alfonso Vallarta quien actualmente es docente de sexto de primaria en el Colegio Europeo Robert Chuman en la Ciudad de México nos cuenta: “Trabajo en una escuela que requiere que los alumnos y los maestros tengan un iPad». Alfonso dice que no es necesario el acompañamiento de los alumnos por parte de sus padres o tutores, “entre más grandes los alumnos más confías en su responsabilidad”. En su caso les pide a los alumnos dejar la cámara prendida para cerciorarse de que están prestando atención y busca que participen durante la clase.
Para la profesora Gabriela es necesario el acompañamiento de los niños por parte de los padres o tutores, pero muchos de estos deben salir a trabajar. “Tengo cuatro alumnos que están en esa situación; se quedan con los abuelos o la tía”. Ella añade que esto puede ser un factor que afecta el aprendizaje del niño por la falta de compatibilidad con el tutor. Gabriela, por iniciativa propia, decidió elaborar un cuadernillo para lograr dar un buen seguimiento a las clase de sus alumnos y de esta manera evitar su rezago.
La Secretaria de Educación Pública informó que el 10% de los 25 millones de alumnos inscritos el pasado ciclo escolar abandonaron las clases. El panorama no es tan diferente en las escuelas privadas ya que se estiman bajas debido a la crisis económica consecuente de la pandemia, como es el caso del colegio donde trabaja Alfonso. “No fue el virus lo que generó las bajas, sino la situación económica. Al final del día es pagar la escuela o pagar la comida”, dice el profesor.
A diferencia de la educación privada, la pública sufrieron bajas de quienes no tienen acceso a televisión, radio o internet. La profesora Gabriela comenta que hubo tres bajas en el preescolar donde trabaja debido a las situación actual. La Encuesta Nacional de Consumo de Contenidos Audiovisuales del 2018 reporta que el 11% de los hogares rurales, es decir 14 millones de personas, no cuenta con un televisor.
Los profesores cuestionan las estrategias propuestas por la Secretaría de Educación Pública (SEP). Temen que aumente el rezago educativo en algunas zonas del país, por ello su insistencia de regresar a clases. “En el caso de preescolar se imparte la misma clase a tres grados diferentes”, comenta Gabriela, “lo cual es un problema ya que cada alumno está en una etapa de aprendizaje diferente”. Como estrategia para evitar el rezago, la SEP habilitó un centro de apoyo pedagógico para los estudiantes a través de un número de ayuda con 160 líneas telefónicas, pero lamentablemente no fue suficiente.
Sin embargo, el regreso a clases encuentra al país en una encrucijada, provocada por el empuje de la variante Delta y una tercera ola de contagios que tiene como principales afectados a los más jóvenes y a quienes no se han vacunado. Por ello, es necesario cuestionarnos qué implicaría la reanudación de las actividades escolares; no todos tienen la posibilidad de cubrir un contagio por Covid-19. Es necesaria una estrategia donde cubran todas la medidas de sanidad necesarias para reducir los focos de contagio. Por ahora, la secretaria de Educación Pública, Delfina Gómez Álvarez, defiende el regreso a clases, pero reconoce que las medidas tomadas para la educación ante la emergencia sanitaria representan un reto y grandes esfuerzos por parte de todos.