Cumbre de líderes de América del Norte: AMLO, Biden y Trudeau se reúnen

Por Radio Ibero 90.9, México

Este 11 de noviembre de 2021 se reunieron en la Casa Blanca, en Washington, los tres respectivos mandatarios de México, Canadá y Estados Unidos (Andrés López Obrador, Justin Trudeau y Joe Biden) para discutir una serie de cuestiones, entre las que destacaron la de los migrantes y los acuerdos económicos; especialmente refiriéndose a reducir las importaciones de Asia.

Sobre la migración, López Obrador pidió a Biden y Trudeau que no rechacen a los migrantes que llegan a sus territorios:

“Deben definirse de manera conjunta objetivos muy precisos y hacer a un lado mitos y prejuicios, por ejemplo dejar de rechazar a migrantes cuando para crecer se necesita de fuerza de trabajo que en realidad no se tiene con suficiencia en Estados Unidos y en Canadá. ¿Por qué no estudiar la demanda de mano de obra y abrir ordenadamente el flujo migratorio?

Respecto a las importaciones de Asia, se hizo la inquisición respecto a por qué los países norteamericanos no son capaces de producir lo que consumen. Ante el rápido crecimiento de la competencia en Asia, López Obrador resaltó la integración económica de los tres países, a partir del T-MEC, para hacer frente a sus competidores.

Joe Biden afirmó que los tres mandatarios están comprometidos con proveer un mejor futuro para su gente, creando condiciones de prosperidad, sustentabilidad y seguridad.

Gobierno de Nicaragua impide salir del país a Vicario de Familia de la Iglesia Católica

Por RADIOSJLAC

Mediante un comunicado, el Vicario de Familia, Vida e Infancia de la Arquidiócesis de Managua, Monseñor Silvio Fonseca, denunció que el gobierno de Nicaragua, por medio de Migración le impidió salir del país la mañana del domingo 7 de noviembre de 2021, cuando pretendía abordar un avión para viajar a Estados Unidos con el objetivo de tratar asuntos de su salud.

El religioso, explicó que en el aeropuerto Internacional Augusto C. Sandino de Managua, las autoridades le manifestaron que su pasaporte “tenía problemas para ser leído” y por tal motivo se lo quitaron, pese a que ya había utilizado dicho documento para viajar hace cuatros meses al mismo país.

Fonseca indicó que se reunió con Pablo Morales, vicedirector de la Dirección de Migración y Extranjería, quien le prometió solucionar a la brevedad posible el inconveniente, pero a la fecha 17 de noviembre no le han dado respuesta.

“Yo fui con todo en regla y tengo mi pasaporte vigente y he viajado con ese pasaporte. Me dijeron que la computadora no leía bien el pasaporte, la información. Siempre he viajado con ese pasaporte. Me dirigía a Estados Unidos, por razones personales, un viaje de salud. Siempre he viajado “, dio a conocer Fonseca al diario La Prensa de Nicaragua.

El religioso indicó que toda la situación se trata de un “error” por parte de las autoridades, alegando que necesita el viaje para tratar su salud y que esto ya es del conocimiento de sus autoridades superiores y de la nunciatura apostólica.

Parroquia Santa Faz

El lunes 15 de noviembre Monseñor Fonseca, dijo que al no tener respuesta, le pasó el caso a la institución de la Iglesia Católica, quien será la encargada de manera oficial de gestionar que le regresen su pasaporte.

“Yo ya hice lo que personalmente me corresponde, pero ya la Iglesia será la que lo asuma esto, ahora en adelante porque como esto también tiene que ver con la Iglesia, entonces será ella la encargada de continuar con esta situación”, dijo Monseñor Fonseca al diario La Prensa.

El integrante del grupo de abogados Defensores del Pueblo, José Antonio López, quien acompañó al religioso en su cita en Migración, declaró que llevaron una constancia que demostraba que su salida hacia Estados Unidos era por una necesidad médica.

“Él tiene un problema médico y su tratante le recomendó hacerse un chequeo en Estados Unidos. Por eso él mostró la constancia del médico y planteó la situación que su retiro del país era meramente un asunto médico y regresaría en los primeros días del mes de diciembre”, expresó López.

El artículo 33 de la Constitución Política de Nicaragua señala que los nicaragüenses tienen derecho a circular libremente en todo el territorio nacional, así como salir y entrar al país a excepción de personas que en materia penal tienen un proceso abierto, ya que una de las medidas cautelares es la retención migratoria, solo así, es que te pueden impedir salir del país, pero en este caso monseñor Fonseca no es sujeto de ningún proceso”, añadió el abogado.

Durante su discurso el domingo 7 de noviembre de 2021, día de las elecciones, el presidente Daniel Ortega, una vez más arremetió contra sacerdotes y obispos de la Iglesia Católica de Nicaragua, a quienes acusó de ser “cómplices de terrorismo”.

“Los obispos firmando allí en nombre de los terroristas, sirviendo al imperio en medio de la sangre, de los incendios, en medio del dolor; exigiendo, no pedían, exigían el retiro de las autoridades y que se instalarán los terroristas en el gobierno al servicio de los yanquis”, manifestó el mandatario.

Desde abril de 2018, tanto el presidente Daniel Ortega y su esposa, vicepresidente Rosario Murillo, han arremetido contra los líderes católicos por denunciar las violaciones de derechos humanos en el país.

En los últimos discursos el presidente Daniel Ortega, ha calificado a los sacerdotes de la Iglesia católica de ser cómplices del supuesto terrorismo, porque según él, estos son “aliados” de los opositores.

En agosto pasado, durante el 42 aniversario de fundación de la Fuerza Aérea del Ejército de Nicaragua, el mandatario sandinista recientemente reelecto como presidente, llamó “fariseos” a los sacerdotes. Los Obispos nicaragüenses han emitido varios comunicados a través de la Comisión de Justicia y Paz de la Arquidiócesis de Managua, donde han llamado al gobierno a respetar los derechos humanos y han abogado por un diálogo para resolver los problemas políticos que enfrenta el país

Global – COP26: Optimismo, cautela y esperanza

Por SJES ROME

El legado de la COP26 está aún por determinar, pero los principales medios de comunicación ya han supeditado su éxito al resultado de las negociaciones entre los gobiernos de los países que más gases de efecto invernadero emiten. Si de esto se tratara la COP26, estaría totalmente de acuerdo con la evaluación de Greta Thunberg de que todo el asunto es «un fracaso y una campaña de relaciones públicas de lavado verde». Al fin y al cabo, hay otras 25 COP que lo atestiguan.

Sin embargo, la COP26 tiene otra cara. Hay esfuerzos globales, el principal de los cuales es la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), el tratado intergubernamental que estableció el marco para abordar el cambio climático y reunió conferencias y presentaciones para compartir conocimientos e ideas sobre cómo resolver la crisis climática. Están las personas de todo el mundo, muchas de ellas jóvenes, que salieron a las calles de Glasgow para mostrar su enfado y descontento con sus gobiernos por la mala gestión de esta crisis.

En esta otra parte de la COP26, soy más optimista. En esta COP26 no escuchamos los tópicos vacíos de los líderes mundiales; estamos escuchando las voces de personas y comunidades que están sintiendo los impactos directos del cambio climático y que ofrecen soluciones viables a un problema global desde una perspectiva local. También estamos escuchando las palabras de advertencia de las comunidades marginadas que se ven afectadas no sólo por el cambio climático, sino por las soluciones propuestas que provienen del Norte Global.

Escuché un evento público de la COP26 que se centró en cómo el cambio climático está afectando a la región del Ártico. Hace años que sabemos que el Ártico se está calentando más rápido que otras partes del mundo. Los sami, los pueblos indígenas que viven en Finlandia y en los territorios vecinos, lo han sabido incluso antes de que la ciencia occidental lo confirmara. Ahora, utilizando tanto el conocimiento indígena como la ciencia, los sámi son capaces de documentar y desarrollar estrategias para mitigar y adaptarse al cambio climático mientras practican su modo de vida tradicional.

Tuomas Aslak Jusso, Presidente del Parlamento Sami de Finlandia, habló de la cría de renos y de cómo ésta les permitía mantener sus comunidades y su modo de vida, además de preservar su cultura.

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Mencionó los peligros que supone la llegada de empresas mineras procedentes de Noruega, que quieren acceder a los minerales de sus tierras para utilizarlos en tecnología ecológica. El Sr. Jusso dijo que, como sus comunidades son prósperas, pueden ejercer el consentimiento libre, previo e informado y decir «no». Teme que, a medida que se acelere el cambio climático, llegue un momento en que decir «no» ya no sea una opción.

Permitir que estas empresas mineras operen en sus tierras equivale a destruir su modo de vida y matar su cultura. Es colonialismo verde, la explotación de un pueblo vulnerable y de su tierra sólo para satisfacer las necesidades del Norte Global de pasar de los combustibles fósiles a la tecnología verde.

El colonialismo verde no es nuevo ni es exclusivo de los sami. Los compañeros jesuitas de Canadian Jesuits International han visto que esto ocurre en la República Democrática del Congo. También está ocurriendo en otras partes del mundo: en Indonesia, Chile y en otros países del Sur Global. Está ocurriendo en comunidades donde existen desequilibrios de poder entre ellas y los gobiernos y las empresas multinacionales.

Si bien es necesario realizar la transición de los combustibles fósiles a las energías renovables, ésta no debe producirse a expensas del modo de vida de un pueblo y de la violación de sus derechos humanos, ya sea en el Sur Global o en el Norte Global. Es nuestra responsabilidad garantizar que las soluciones que proponemos para hacer frente a la crisis climática no creen problemas adicionales para otros. El cambio climático es una cuestión de justicia social y debe verse a través de la lente de la igualdad, el respeto y la dignidad para todos.

El éxito de la COP26 no se medirá por los acuerdos y objetivos que los líderes mundiales consigan. Su éxito dependerá de cómo cambie nuestra relación con los demás: cómo abordemos los desequilibrios de poder entre el Norte y el Sur Global; cómo utilicemos la sabiduría y los conocimientos que comparten con nosotros los pueblos indígenas; cómo aprovechemos el poder de los jóvenes.

El cambio no vendrá de arriba abajo, sino que empezará desde las bases. La COP26 nos ha empoderado y nos da la esperanza de que aún no es demasiado tarde para salvar nuestro planeta y a nosotros mismos.

*Por Victor Reyes, el Coordinador de Comunicaciones de la organización Canadian Jesuits International y puede ser contactado en vreyes@jesuits.org. Víctor es también miembro de la delegación virtual de Ecojesuit en la COP26.

Fuente: Ecojesuit