A escasos dos meses de que doña Xiomara Castro asumiera la presidencia, el ambiente y clima de inseguridad y zozobra en sectores de la sociedad, es insostenible. Las extorsiones, amenazas, asesinato de taxistas y transportistas han alcanzado niveles de paralización de la vida urbana en varios de los centros urbanos de la costa norte hondureña. Son acciones lideradas por organizaciones pandilleras tradicionales, pero a las cuales se suman nuevas que se han desmembrado de las dos originales, o al menos eso dicen, que aumentan el ambiente de miedo e incertidumbre. (Seguir leyendo).
